Bienvenido a nuestro sitio dedicado a explorar los diversos versículos y enseñanzas de la Biblia sobre Versículos De La Biblia Sobre Sanedrín. Este tema es uno de los muchos que desempeñan un papel importante en nuestro camino espiritual y comprensión.
En esta página, encontrarás una selección de versículos y pasajes bíblicos que abordan específicamente Versículos De La Biblia Sobre Sanedrín. Además, exploramos escrituras relacionadas que ofrecen una comprensión más profunda de los matices y aspectos de este tema.
Esperamos que la información que encuentres aquí sea esclarecedora y edificante. Adentrémonos en los versículos bíblicos para obtener una mayor comprensión de este importante tema.
“Oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, los que eran con él, convocaron el concilio, á todos los ancianos de los hijos de Israel, enviaron á la cárcel para que fuesen traídos”
— Hechos 5:21
“Cuando fué de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los príncipes de los sacerdotes, los escribas, le trajeron á su concilio”
— Lucas 22:66
“Los príncipes de los sacerdotes, los ancianos, todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregale á la muerte”
— Mateo 26:59
“Oído habéis la blasfemia: ¿qué os parece? ellos todos le condenaron ser culpado de muerte”
— Marcos 14:64
“Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego”
— Mateo 5:22
“Los príncipes de los sacerdotes todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle á la muerte; mas no lo hallaban”
— Marcos 14:55
“LUEGO por la mañana, habiendo tenido consejo los príncipes de los sacerdotes con los ancianos, con los escribas, con todo el concilio, llevaron á Jesús atado, le entregaron á Pilato”
— Marcos 15:1
“(El cual no había consentido en el consejo ni en los hechos de ellos), de Arimatea, ciudad de la Judea, el cual también esperaba el reino de Dios”
— Lucas 23:51
“Entonces los pontífices los Fariseos juntaron concilio, decían: ¿Qué hacemos? porque este hombre hace muchas señales”
— Juan 11:47
“Ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre”
— Hechos 5:41
“O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando yo estuve en el concilio”
— Hechos 24:20
“El nacimiento de Jesucristo fué así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo”
— Mateo 1:18
“Mas vosotros mirad por vosotros: porque os entregarán en los concilios, en sinagogas seréis azotados: delante de presidentes de reyes seréis llamados por causa de mí, en testimonio á ellos”
— Marcos 13:9
“Ellos, prendido Jesús, le llevaron á Caifás pontífice, donde los escribas los ancianos estaban juntos”
— Mateo 26:57
“Oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, crujían los dientes contra él”
— Hechos 7:54
“Les echaron mano, los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde”
— Hechos 4:3
“Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; he aquí los cielos le fueron abiertos, vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, venía sobre él”
— Mateo 3:16
“Entonces Pablo, sabiendo que la una parte era de Saduceos, la otra de Fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseo: de la esperanza de la resurrección de los muertos soy yo juzgado”
— Hechos 23:6
“Entonces levantándose en el concilio un Fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerable á todo el pueblo, mandó que sacasen fuera un poco á los apóstoles”
— Hechos 5:34
“Será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, profetizarán vuestros hijos vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, vuestros mancebos verán visiones”
— Joel 2:28
“Demandó de él letras para Damasco á las sinagogas, para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta, los trajese presos á Jerusalem”
— Hechos 9:2
“Guardaos de los hombres: porque os entregarán en concilios, en sus sinagogas os azotarán”
— Mateo 10:17
“Conmovieron al pueblo, á los ancianos, á los escribas; arremetiendo le arrebataron, le trajeron al concilio”
— Hechos 6:12
“El que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará: así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera”
— Levítico 24:16
“Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por qué era acusado de los Judíos, le soltó de las prisiones, mandó venir á los príncipes de los sacerdotes, á todo su concilio: sacando á Pablo, le presentó delante de ellos”
— Hechos 22:30
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, concluir el pecado, expiar la iniquidad; para traer la justicia de los siglos, sellar la visión la profecía, ungir al Santo de los santos”
— Daniel 9:24
“Tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también”
— 2 Pedro 3:15
“Entonces los príncipes de los sacerdotes, los escribas, los ancianos del pueblo se juntaron al patio del pontífice, el cual se llamaba Caifás”
— Mateo 26:3
“Mas les mandaron que se saliesen fuera del concilio; conferían entre sí”
— Hechos 4:15
“No nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, el poder, la gloria, por todos los siglos. Amén”
— Mateo 6:13
“José de Arimatea, senador noble, que también esperaba el reino de Dios, vino, osadamente entró á Pilato, pidió el cuerpo de Jesús”
— Marcos 15:43
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
— Juan 3:16
“HABIA un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos”
— Juan 3:1
“Trajeron á Jesús al sumo sacerdote; se juntaron á él todos los príncipes de los sacerdotes los ancianos los escribas”
— Marcos 14:53
“Salmo de David. JEHOVA dijo á mi Señor: Siéntate á mi diestra, En tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies”
— Salmos 110:1